Observar la situación económica desde un país en vías de desarrollo como el nuestro, donde escasamente conocemos los problemas económicos que están sobrellevando los países de Europa, quizá pocos podríamos imaginar que el país que tiene una liga de fútbol extraordinaria y que mueve mucho dinero, este teniendo serios apuros en su parte macroeconómica.
La cifra del momento y quizá bastante abultada es los $ 100 mil millones que le han ofrecido los socios europeos a España para poder capitalizar los bancos franceses que actualmente acaban de ser reclasificados. Sin embargo luego de una auditoria se determino que no se necesita dicha cantidad, pero que si se tiene que tomar unos 62,000 millones de euros.
Y como en cualquier economía de estado, cuando no hay dinero, lo primero que se observa es la bolsa del contribuyente. Ya el ministro español se encuentra buscando los mecanismos para poder ampliar la base imponible de los impuestos. Lo más fácil es “bolsear” al pueblo que al final paga los platos rotos de cualquier inestabilidad macroeconómica.
Lo que si trata también el gobierno español es evitar la emisión de facturas falsas que ayudan a deducir impuestos, aprobando el proyecto de Ley contra el Fraude Fiscal. En fin las medidas que observamos no distan mucho de nuestro país, que si bien es una economía muy inferior a la de España, cuando nuestros gobiernos se sienten acorralados por las crisis económicas, la primera medida a revisar es la parte tributaria, quedando aquella “espinita” en uno como contribuyente, la pregunta del millón ¿No estarán tomando medidas muy apresuradas y “alocadas”?
La verdad que cuando uno está desesperado, toma las peores medidas, sin estudio y sin un verdadero control. No dudo de la capacidad de los que están al mando de las economías de España, pero si dudo de las medidas en países como el nuestro, donde no tenemos un verdadero control de los dineros que ingresan al estado.
Tal vez los problemas que llevaron a España a esto, no sean los mismos que nos tienen a nuestros países de rodillas, sin embargo, es un deber estar siempre al tanto de lo que suceden en estas economías grandes, pues sus repercusiones siembre vienen en forma de Tsunamis, que golpean nuestros países desde el otro continente.