La adopción de hijos por parejas del mismo sexo, es un verdadero dolor de cabeza para personas con alto grado de conservadurismo. Pero yéndonos lejos de la moralidad, nace la interrogante de preguntarnos ¿Será adecuado para una nueva vida, el poder comprender una situación así?
Quizá no, aunque existe el argumento que hay niños que viven en hogares completamente destruidos por la violencia intrafamiliar que se vive en muchos países de latinoamérica, y que tal vez las parejas del mismo sexo tenga mejor estabilidad en su relación como pareja, habría que analizar que siempre existirá un tremendo impacto en la mentalidad de los niños debido a que no están preparados para soportar el peso de una sociedad que no dejará de ver este tipo de parejas como algo “anormal”.
El simple hecho que la misma comunidad los verá con mucho recelo, ocasionaría un gran impacto, y que nos llevaría a arrastrar a estos infantes a una marca emocional muy fuerte por el resto de su vida.
Si bien las parejas de esta naturaleza tienen el derecho de casarse, y tener sus uniones como les parezca, quizá el niño sería el encargado de decidir si realmente quiere y acepta tener padres del mismo sexo, pues al final es el niño el que soportará el peso social de una situación que en este siglo aun no hemos podido asimilar.
En cierto sentido, quizá habrá que ver la familia como algo mas que un hermano, hermana, padres y madres… quizá en este momento tenemos que ver también el papel de los sentimientos, ya que el amor no es únicamente para las parejas heterosexuales.
El mundo evolucionará y probablemente mas adelante la psiquis de toda una sociedad también y pueda irse aceptando la adopción de infantes por parte de estas personas como algo normal, pero para eso tendremos que esperar muchas generaciones y obviamente nosotros querido lector nunca lo viviremos.